Arrecia la tormenta
- inversa_trading
- 20 may 2019
- 2 Min. de lectura
En las últimas horas se ha recrudecido la guerra entre China y EE.UU., y no sabemos muy bien qué consecuencias podrá tener esto en el comercio global, pero ya se sospecha que no van a ser muy buenas.
El pasado jueves, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe a las empresas estadounidenses usar equipos de telecomunicaciones fabricados por compañías consideradas un riesgo para la seguridad nacional, incluyendo al gigante de telecomunicaciones chino Huawei, lo que ha sido interpretado por la delegación china como una medida de presión para los intereses arancelarios que se están negociando entre los dos países.
En una vuelta más de tuerca (y como resultado de dicha orden ejecutiva) este domingo, la compañía Google (propietaria del sistema operativo Android), y los fabricantes de chips Intel y Qualcomm, han anunciado la suspensión de algunas líneas de negocio con el gigante asiático, y en este momento están siendo evaluados los daños y alcance entre todas ellas.
Y tan solo hace unos minutos, el gobierno chino ha anunciado que rompe las relaciones comerciales con las compañías fabricantes de suministros que han cancelado sus contratos con Huawei, en un intento de presionar al Ejecutivo estadounidense para que evalúe de nuevo su decisión sobre esta compañía.
"China ha insistido muchas veces en que no hay que abusar del concepto de seguridad nacional y que no debe ser usado como una herramienta para el proteccionismo comercial", dijo Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio chino, a los medios, agregando que "China adoptará todas las medidas necesarias para salvaguardar resueltamente los derechos legítimos de las firmas chinas".
Las bolsas europeas y los futuros americanos reaccionan a la baja a la cascada de anuncios y rumores que se vienen encadenando, anticipando el poco apetito por el riesgo de los inversores, que no desean ser las víctimas colaterales de lo que se antoja una larga guerra sin un claro favorito.
Y en medio del fuego cruzado, la Unión Europea asiste como mero espectador, ya que no se le reconoce capacidad de negociación ni mediación, pese a que del resultado de estas acciones dependa en gran medida el futuro económico de los pesos pesados de la Eurozona.
Sobre el tablero aún queda la baza de la deuda, ya que China es la poseedora de una cantidad ingente de la emitida por EE.UU, lo que le da poder para crear tensiones financieras y echar más leña al fuego. No parece que quieran usar este comodín de momento, pero evaluaremos este escenario como probable y veremos en un próximo artículo como afectaría a la economía y sobre todo a la fortaleza de las divisas, que en última instancia es lo que particularmente nos puede interesar.
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