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Inversa Trading

Ideas de inversión y trading

China, y la deuda de EE.UU.

  • Foto del escritor: inversa_trading
    inversa_trading
  • 22 may 2019
  • 3 Min. de lectura

Estados Unidos es el país más endeudado del mundo. El pasado mes de febrero su deuda total alcanzó los 22,4 billones de euros. Para hacernos una idea, esa cifra es 49 veces los presupuestos del estado español para 2019. Esta cifra es astronómica, se mire por donde se mire, pero todo en EE.UU. es grande...


Antes de entrar en el quid de la cuestión, hemos de saber algo más sobre el funcionamiento "financiero" de la deuda emitida por los gobiernos. Aparte de la necesidad crediticia, los gobiernos utilizan este instrumento (la deuda pública) como regulador de la presión que puede sufrir la economía de un país (o área económica en el caso de la Eurozona), permitiendo a los bancos centrales endurecer o ablandar las condiciones de crédito internas (de empresas y hogares), actuando de este modo sobre la inflación y sobre el tipo de cambio de sus divisas. Recordaréis que el BCE ha estado comprando cantidades ingentes de deuda (y no solo de los estados, también de las empresas) con la finalidad de abaratar el crédito y que estos pudiesen refinanciar sus deudas y sanear sus balances después de la grave crisis económica de hace una década.

La mayor parte de esa deuda está en poder del BCE, por lo que mantiene cierto "control" sobre ella, pero imaginad qué puede ocurrir si esa deuda estuviese en poder de un país tercero. En este caso, el control sobre la política monetaria de la eurozona estaría limitado, o influenciado por el tenedor de esa deuda, que podría deshacerse de ella abruptamente, provocando alteraciones en los tipos de interés que pueden ser contrarios a los intereses del BCE.

En el caso de EE.UU. al tener un volumen de deuda tan grande, ha tenido que recurrir a financiarse a través de alguien que disponga de grandes cantidades de dinero para poder absorber esas emisiones sin disparar el tipo de interés, así que no le ha quedado más remedio que permitir a China la adquisición de sus bonos, ya que estos acumulaban gran cantidad de dólares debido a su carácter netamente exportador, puesto que la mayoría de exportaciones se pagan en dólares. De este modo, el gigante asiático ha acumulado un tercio de la deuda americana en manos extranjeras. Al gobierno chino le interesa tener un gran volumen de esta deuda para poder a su vez influir en la cotización de la divisa, permitiendo que el yuan esté infravalorado respecto al dólar, lo que abarata sus exportaciones, que es el motor de su economía. También podría hacerlo directamente con el efectivo en dólares, pero con los bonos obtiene, además, un rendimiento... ;-)


Bien, una vez comprendido como funciona el aspecto financiero de la deuda, enseguida nos damos cuenta que si China se deshace de un gran volumen de ella, inundando los mercados secundarios de bonos americanos, el precio de estos bajará y por lo tanto subirán los tipos de interés, y de este modo tendrá la capacidad de acelerar el encarecimiento del coste de financiación de Estados Unidos, en un momento en que su ciclo económico ya empuja a la Reserva Federal a subir los tipos de interés (y quizá por este riesgo es que la FED haya ralentizado su decisión de hacerlo).


En esta situación, también China perdería, puesto que el valor del dólar bajaría rápidamente, reduciendo el valor de los activos chinos referenciados a esta moneda y las propias reservas de divisa del país asiático, por lo que algunos analistas dudan de que realmente pueda hacer un movimiento de este tipo. Sin embargo, con el escenario actual, donde China puede ver caer sus exportaciones fuertemente de todos modos, por el bloqueo a sus empresas (lo hemos visto con Huawei y otras del sector la semana pasada), y por el aumento de aranceles, y con la posibilidad real y cercana de que, de todos modos, sea la propia FED la que acabe subiendo los tipos de interés... ¿No podría usar China esta baza? Claro que China perdería, pero también lo hará EE.UU., y quizá en mayor grado, puesto que su situación financiera está en peor posición.


Al fin y al cabo, en las guerras no hay ganadores absolutos. Todos pierden.



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